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Naturaleza desatendida: cianobacterias en San Miguel del Monte 


La Laguna de San Miguel del Monte, uno de los principales atractivos turísticos y naturales del interior bonaerense, atraviesa una crisis ambiental sostenida y peligrosa. En los últimos meses del 2024, especialmente entre septiembre y diciembre, su superficie se tiñe de verde por la proliferación de cianobacterias: organismos microscópicos que, en concentraciones elevadas, pueden liberar toxinas dañinas para la salud humana y animal. Lo que podría interpretarse como un fenómeno natural, en realidad tiene profundas raíces antrópicas. Así lo confirmó la investigación llevada a cabo por nuestro grupo, que analizó causas, responsabilidades y consecuencias de esta problemática que afecta directamente la vida de los habitantes de Monte.

La hipótesis fue clara desde el comienzo: la contaminación proveniente de la actividad agrícola, la piscicultura excesiva y el uso recreativo intensivo de la laguna, sumado a la falta de una gestión ambiental consciente por parte de las autoridades municipales, generan las condiciones propicias para el auge de las cianobacterias. A partir de diversas entrevistas con especialistas, funcionarios y actores locales, y la revisión de estudios científicos y normativas vigentes, no solo confirmamos esta hipótesis: advertimos también que las consecuencias podrían agravarse si no se implementan medidas urgentes.


La laguna que se transforma

La eutrofización es el proceso que explica el crecimiento excesivo de algas (cianobacterias) por la acumulación de nutrientes como nitrógeno y fósforo. En Monte, esta situación se repite año a año, favorecida por el uso de fertilizantes, la falta de tratamiento y una red cloacal adecuada y la piscicultura que no siempre respeta la capacidad de carga del ecosistema. Andrea Drozd, doctora en Ciencias Naturales y especialista en monitoreo hídrico, lo resume así: "La laguna recibe contaminación constante. La cianobacteria no es solo un proceso natural, sino el resultado de un manejo desordenado del territorio."

Esto que comentó Drozd también se puede fundamentar con el estudio ambiental de Dangavs y Pierrard (2013) para la Revista del Museo de La Plata , "la dinámica hídrica de la Laguna del Monte está profundamente alterada por el ingreso de nutrientes de origen antrópico, lo que favorece los procesos de eutrofización recurrentes".

Según datos del programa de Cianobacterias de la Provincia, en enero de 2024 la laguna recibió la clasificación de "alerta roja". Eso implica la presencia masiva de estos microorganismos y la recomendación oficial de evitar el contacto con el agua. Sin embargo, testimonios de vecinos y turistas revelan que la información no siempre llega al público ni se traduce en acciones concretas por parte de la municipalidad. Pese a contar con el "Ciano Semáforo", un sistema de alerta temprana promovido por la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la provincia, la falta de difusión efectiva debilita su utilidad. En palabras de Guillermo Buñes, concejal de Unión por la Patria y presidente del Partido Justicialista de Monte, opositor a la intendencia de turno: "No hay suficiente información al alcance de las personas. Muchos se informan por redes sociales como Instagram o Facebook, no entran a la web del municipio. Sería tan simple como poner un link visible que diga 'Semáforo de cianobacterias', así la gente sabe si el agua está en amarillo y puede hacer ciertas actividades". Esta falta de comunicación ha generado situaciones preocupantes: "Acá se han hecho triatlones con el semáforo rojo. Debería haber una bandera sanitaria que alerte a la población. La gente se va interesando en el tema, pero necesita señales claras", agrega.


Impacto en la salud y el ambiente

El contacto directo entre la piel y las cianobacterias, o su consumo, puede provocar síntomas como picazón, irritaciones, problemas digestivos, hepáticos y hasta neurológicos. Además, afectan la fauna local: según Nicolás Álvarez, de la Dirección de Zoonosis municipal, "si se alcanza el nivel máximo de eutrofización, el ecosistema acuático podría colapsar". Su equipo comenzó recientemente un estudio para medir el impacto de estas floraciones en la salud animal.

Luciano Corbella, ex Subsecretario de Ambiente municipal, señala que "el principal problema es la falta de un sistema de monitoreo constante y comunicación clara con la comunidad". Y advierte que la presión vecinal ha sido clave para visibilizar la situación. También destaca que las lluvias y la temperatura son factores que agravan el ciclo de las floraciones, pero no las generan por sí solas. El Informe Cuenca de las Encadenadas del Municipio de Monte (Dangavs, 2010) advierte que "la descarga de efluentes domiciliarios sin tratamiento y el escurrimiento de fertilizantes desde áreas agrícolas son factores claves que deterioran la calidad del agua y fomentan la proliferación de cianobacterias".


Voces que se contradicen

Desde el municipio, la mirada es otra. Hernán Vezzulla, director de Turismo, afirma que "la proliferación de cianobacterias no tuvo un impacto negativo" en el turismo, y atribuye su presencia a causas naturales. Su prioridad, es mantener la actividad turística sin generar alarma. Siguiendo esta postura, Estanislao Basualdo, director de Medio Ambiente, reconoce que la eutrofización "es un proceso natural", aunque acepta que se ve agravado por la acción humana. "Los humanos tenemos un rol fundamental en la aceleración", afirma.

No obstante, los datos científicos y las voces de especialistas lo contradicen. Según el CONICET, la piscicultura descontrolada y el vertido de efluentes cloacales, conlleva un efecto nefasto en el largo plazo y es una de las principales fuentes de contaminación de las aguas superficiales. Lucía Yáñez, licenciada en Ciencias Ambientales, plantea que "la educación y la regulación son claves para frenar este proceso que tiene raíces sociales, económicas y políticas". La falta de implementación efectiva de las normativas vigentes es uno de los mayores obstáculos.


Educación, conciencia y acción

Ana Carla Oribe, docente en la localidad, trabaja el tema en el aula para fomentar conciencia ambiental entre los jóvenes. "La laguna es parte de nuestra identidad, y cuidarla es también cuidar la salud y el futuro de quienes vivimos acá", asegura. Esta perspectiva también aparece en la voz de Adrián Fogliani, pescador aficionado y trabajador turístico, quien nota "menos peces y agua más turbia". "No hay información clara, todo circula entre vecinos", lamenta.

La comunidad juega un rol crucial: sin presión social no hay políticas públicas sostenidas. Por eso, los especialistas coinciden en la necesidad de una estrategia integral que combine educación ambiental, regulación productiva, monitoreo hídrico y comunicación activa. También hace falta voluntad política y presupuesto. Según el trabajo de Lorena Rosso y Leda Giannuzzi, de la Universidad de La Plata (2017), "la falta de inversión en saneamiento y monitoreo sistemático responde a una ausencia de presión social y a la invisibilización de los riesgos que implica la presencia de cianobacterias".

Desde la perspectiva opositora, se percibe una priorización de intereses económicos por encima de la sostenibilidad ambiental. "Yo los veo tratando de que en alguna licitación se presente alguien con mucho dinero y transforme una parte de la ribera en algo de mucha calidad. Apuntan a un turismo de alto poder adquisitivo, esa parece ser la única mirada que tienen", observó Buñes.


El marco legal: letra que no se cumple

A nivel legal, existen marcos regulatorios que deberían garantizar la protección del recurso hídrico. La Ley Nacional 25.612 (2002) establece principios para el manejo sustentable y seguro de residuos industriales y de actividades de servicios. Complementariamente, la Ley 24.051 (1991) regula los residuos peligrosos, detallando responsabilidades, tratamientos y sanciones. A nivel provincial, la Ley 11.723, conocida como "Ley Integral del Medio Ambiente y los Recursos Naturales", promueve el uso racional de los recursos y la prevención de la contaminación. Además, el artículo 28 de la Constitución bonaerense (1994) reconoce el derecho de todos los habitantes a gozar de un ambiente sano y equilibrado, y establece deberes del Estado provincial para garantizarlo.

En el plano local, existen normas y resoluciones con el mismo objetivo. Entre ellas se destaca la Resolución 284/2022 del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos, que aprueba la licitación para obras de mejora en el tratamiento de desagües cloacales y la calidad del agua potable, contribuyendo indirectamente a la protección del Lago del Monte. A ello se suma el Reglamento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (RAMINP), que prohíbe el vertido de aguas residuales industriales sin tratamiento previo en cuerpos de agua. También el Concejo Deliberante de San Miguel del Monte sancionó en abril de 2022 una resolución que insta al monitoreo de la calidad del agua de la laguna, con especial atención a la presencia de cianobacterias y sus implicancias para la salud pública.

Sin embargo, la implementación efectiva de estas normas es escasa. Las inspecciones son pocas, los presupuestos limitados, y no hay sanciones efectivas para quienes contaminan. El informe del CONICET Digital Nro. 71690, Pérez et al. (2008) destaca que "la ausencia de una regulación efectiva y la falta de actualización en los mecanismos sancionatorios impiden frenar las prácticas que generan toxicidad en las aguas superficiales". A pesar del marco normativo vigente en los distintos niveles del Estado, la contaminación persiste y refleja una preocupante desconexión entre la legislación ambiental y su cumplimiento real.


Conclusión: entre el agua y el olvido

La Laguna de Monte constituye un recurso natural de relevancia ambiental, económica y social para la comunidad de San Miguel del Monte. Actualmente, enfrenta un proceso de deterioro vinculado a la combinación de actividades productivas con gran potencial contaminante y una gestión pública que presenta limitaciones en su capacidad de respuesta.

Diversos estudios y fuentes coinciden en que la proliferación de cianobacterias está asociada a causas identificables, cuya mitigación requeriría medidas estructurales. Entre ellas se señalan la necesidad de un plan integral, el fortalecimiento institucional y una mayor participación ciudadana.

Más allá de las denuncias, algunas voces locales destacan que el futuro de la laguna depende del enfoque que se adopte. "No se trata solo de tener una laguna, sino una laguna sin contaminación, con un agua lo más pura y natural posible, acorde a las condiciones de esta zona. Que se preserve la flora y la fauna, que no haya elementos que pongan en riesgo la salud ni el ecosistema", señaló Buñes. "Eso atraería muchísima más gente. Y si lo combinás con la cultura y la historia de Monte, sería espectacular. Increíble", concluyó.

Esta investigación permite observar que existen factores tanto institucionales como humanos que inciden en la calidad ambiental del ecosistema lacustre. La laguna, a través de sus transformaciones visibles, continúa reflejando la necesidad de atención y acción sostenida en el tiempo. 

© 2025 Romero de Ansó Malena - Navarro Milena - Fogliani Camila - Delger Magdalena
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